Una de las primeras situaciones que me
encontré cuando aparecieron los síntomas de la insuficiencia cardiaca (IC) fue
un cierto grado de ansiedad, de lo que no fui consciente hasta días después. Ocurrió
después de sentir que mi cuerpo se cansaba mucho más de lo normal y el no saber
la gravedad, y que función estaba fallando, la incertidumbre sobre lo que me
podría pasar me hacía sentir mal, como el que espera la noticia que no le
gustaría a uno recibir. De hecho algunos síntomas me recordaban lo que me ocurrió
hacía 20 años cuando se declaró por primera vez la IC. En aquella ocasión fue más
grave pues me llevó a estar ingresado en la UVI durante una semana. Y el pronóstico
era que si remontaba, quizá tendrían que hacerme un trasplante de corazón. En
esta segunda ocasión, como en la primera, al principio los médicos tampoco veían los
síntomas como alarmantes y me daban largas recomendándome que esperara las
visitas periódicas que tenía concertadas con mi cardiólogo. Pero yo me sentía
débil y cansado, mi cabeza la sentía flotando con una sensación de mareo.
Necesitaba conocer cómo se encontraba realmente mi corazón. No fue fácil
conseguirlo, hasta tres veces tuve que asistir a Urgencias médicas. Parecía
como si “necesitará” que el médico pusiera un diagnóstico y me indicará la
gravedad, una etiqueta donde posicionarme y definirme desde ese punto de vista.
Y como no, ver en ello mi expectativa y calidad de vida. Yo notaba que la situación podría ser grave, y
así viví el proceso hasta la verificación del diagnóstico. Hasta que no descubrieron
la situación real, los médicos me preguntaban en la sala de urgencias ¿qué
hacia allí si ya estaba siendo controlado por mi cardiólogo? ¿Por qué no
esperas a que te visite tu médico? Me hicieron dudar sobre si era prudente
estar allí a pesar de los síntomas: mareos continuos, dificultad respiratoria,
cansancio excesivo ante poca actividad, edema, dolor en boca de estómago, etc. Hasta
que en la tercera visita, dudando, le
pregunté al médico de guardia si con los síntomas que sentía era conveniente consultar
allí en Urgencias. Me dijo que sí, que estuviera tranquilo, y me indicó que
llamaría al cardiólogo de urgencias para
que me realizara una visita. Finalmente con el ecocardiograma portátil confirmó
el empeoramiento de la insuficiencia cardiaca. Ya tenía un dato “científico”.
Hasta entonces las analíticas, ECG y la RX, que me hicieron en anteriores
visitas parecía que no habían sido suficientes para ver ese empeoramiento.
El punto que quiero ver en este relato es
intentar descubrir qué ponemos de nosotros mismos cuando un médico nos da un
diagnóstico - también lo podríamos aplicar a cualquier trance en la vida, una
separación, un accidente, un despido laboral, una pérdida económica, etc. Es decir cómo es que experimentamos esas
situaciones añadiendo más de lo que hay. Sabemos que cada uno reacciona de
manera diferente ante un diagnóstico de gravedad. Esa diferencia individual es
la que uno debe mirar para no hacer de la situación un tiempo de
culpabilidad/victimismo, sino un tiempo para descubrir recursos que hasta ahora
no había necesitado, y de este modo desarrollar habilidades que no había
imaginado. La primera reacción ante la noticia es el punto de partida de cómo somos
y como nos vamos a sentir a lo largo de la enfermedad. Pues aquí salen nuestros
miedos más profundos y el sentido que le hemos dado a la vida. Esas situaciones
son las que nos pueden llevar a relativizar muchas de las cosas que hacemos y
valorar otras que no habíamos considerado.
Una propuesta es hacernos preguntas para
ver donde estamos: ¿Cómo respondo en esas situaciones? Aparecen miedos,
culpabilidad, ¿me siento víctima de mi conducta o del destino?, o ¿de una
fuerza superior?, ¿quizá dios quiere que pase por esto? O por el contrario ¿son
las consecuencias del tipo de vida que he llevado?, o ¿ las consecuencias de mi
ADN?, o ¿cómo he gestionado mis emociones, o como he utilizado mis pensamientos
y palabras?, cómo han sido mis relaciones. Es decir puedo tomar responsabilidad
por lo que me he hecho a mí mismo, asumiendo mi genética, mi psique, mis palabras
y conducta, y entonces tener la
capacidad de decidir en como quiero vivir dentro de mi esa situación. Por lo
tanto me pregunto ¿Qué he añadido de mi personalidad en esta situación? Una vez
respondido puedo ver si mi carácter está más alineado a la
victimización/culpabilidad o a la responsabilidad/empoderamiento. O añadir más
sufrimiento dentro de mí y a otros, o vivir en serenidad conmigo mismo y
comprender quienes son los otros. También uno puede preguntarse ¿En qué me
convierto cuando estoy enfermo? ¿Aparecen todas mis debilidades y me vuelvo
irascible con los demás proyectando mi propia rabia? O bien ¿soy capaz de ver
la situación como un espejo donde surgen mis personalidades más manipuladoras,
y al verlo entiendo que no son los demás sino uno mismo quien no se vio hasta
ahora con tanta claridad?
Antes
de continuar quiero ver la definición que aparece en el diccionario de dos
palabras: dolor y sufrimiento.
Dolor: sensación molesta y desagradable que se siente
en una parte del cuerpo a causa de una herida o una enfermedad.
Sufrimiento: Paciencia con que se sufre o se soporta
una desgracia. Entonces veremos aquí el
dolor como un aspecto físico, y el sufrimiento como un aspecto de nuestra
mente, de nuestras reglas y juicios, nuestra moral que dicen algunos.
El dolor es una reacción física, el sufrimiento una reacción mental. ¿Qué
significa esto?, que el dolor se puede controlar con fármacos, en cambio el
sufrimiento depende exclusivamente de cada uno. Y a esta conclusión que hemos
llegado aquí, es la que muchos sabemos y pocos estamos dispuestos a responsabilizarnos.
Sin darnos cuenta que lo que añadimos al dolor, con nuestro sufrimiento,
perjudicamos también a nuestro organismo, por no decir a quien está a nuestro
alrededor.
¿Entonces cómo manejar la ansiedad o el malestar ante una enfermedad?
Sencillo, poniendo remedio cuando existe dolor y entendiendo que el malestar
tiene su origen en lo que ha hecho cada uno con su mente a lo largo de su vida.
Como valoró los eventos y su propia vida, también la vida de los demás. Es
decir que creencias ha aceptado, en que ideas se ha alineado, en que
pensamientos ha participado, que emociones ha permitido desarrollar dentro de
sí. En definitiva es una oportunidad para ver en que se ha convertido uno con su propia mente. Por
sencillo, no significa que sea fácil de realizar. Pero si no entendemos y
cambiamos lo que pusimos dentro, no podremos dirigir, ni controlar los eventos
que aparecen en nuestras vidas, en este caso la enfermedad.
Una propuesta de cómo solucionarlo primero es darse cuenta que uno puede
parar el sufrimiento de su propia personalidad. Otra es darse cuenta que pensar
en las consecuencias futuras de un diagnóstico no es práctico, pues el cuerpo
tiene recursos que no imaginamos, y nadie sabe ni el día ni la hora de su
propia muerte. Por lo tanto algo que no puedes controlar para que ocuparse, en
todo caso que nos coja asumiendo nuestra vida y ordenarla de la mejor manera. Ello
nos proporcionará serenidad, y desde la serenidad ver que podemos hacer de cada
momento un aprendizaje y una maestría.
Es bueno saber como saber para enfrentarnos a nuestras debilidades y consecuencias de lo que hemos hecho en nuestra existencia por ignorancia. Pero sabiendo como tu y los que conocemos lo que no sabiamos, ya seria autoenganarnos. Y eso de que el cuerpo tiene recursos que no imaginamos ya tu lo comprobaste viviendo tantos anos despues de un diagnostico como el que recibiste a una temprana edad . . Tambien yo puedo decir lo mismo por las experiencias en que he participado Durante mi existencia. Te agradezco este trabajo realizado durante tu cambio de ciclo en tu experiencia de estos dias porque sin duda me ha apoyado enormemente .
ResponderEliminarThankyou for sharing your journey Alfonso. Grateful you're here and please know that I'm here with you, walking a similar journey with the disease and pain of cancer and the loss of being able to move freely at the moment. Know that I'm here and if I can be of some assistance for you, please let me know. Cathy
ResponderEliminarThanks Cathy, sure you have the tools to support you, as well as the perspective of what it means that your body sick with cancer. Also in these situations we can empower ourselves, knowing the rhythm of our body.
Eliminar